Las "Puertas del Cielo", de Robert Silverberg, cumple 50 años





03 de junio de 2017



No suelo hablar demasiado sobre mí en este blog, pero debo confesar que esta es una de mis obras favoritas de mi adolescencia y llevo un tiempo considerable esperando al momento de escribir este artículo. Dado que la fecha de publicación ha variado de país a país, tenía cierta flexibilidad a la hora de hacerlo, siempre y cuando lo escribiera en 2017. Después de haber escrito en mi anterior artículo sobre Elon Musk y sus proyectos, me pareció que había llegado el momento adecuado.





"Las Puertas del Cielo" ("To Open The Sky", en su título original) fue publicado en un momento bastante particular de la historia. En medio de la Guerra Fría, pero en un momento de cierta calama. La suficiente como para que se produjeran dos hechos clave que sin duda impactaron en el desarrollo de la novela: en primer lugar, la firma del Tratado Internacional del Espacio: independientemente de lo que pasara en la Tierra, el espacio quedaba consagrado como territorio neutral y reservado para la exploración científica. Por otra parte, el segundo evento que tuvo su impacto en la novela es el lanzamiento de varias sondas, las Venera (URSS) y las Mariner (EEUU) hacia Venus. Este planeta es uno de los escenarios de la novela, y la competencia entre las dos potencias de la época se ve reflejada en la novela entre las dos grandes "potencias" (religiosas) de la novela de Silverberg, solo que con el objetivo de conquistar los secretos que el planeta ofrece.


De acuerdo con la edición de 1978, Robert Silverberg reveló en su prólogo que el libro nació como propuesta de su editor, Frederick Pohl (otro grande de la ciencia-ficción en sí mismo). Pohl planteó a Silverberg que nunca había escrito una "historia futura" al estilo de Asimov y además le garantizó que el libro se publicaría en la revista Ballantine, una de las publicaciones más prestigiosas en cuanto a ficción. El libro comprende la recopilación de cinco novelas cortas que se publicaron entre 1965 y 1967. Todas ellas cuentan con un hilo argumental común y son parte de un único ciclo.


La historia trata de dos religiones aparecidas en el siglo XXI y que han conseguido acaparar prácticamente a toda la humanidad (salvo a los colonos de Marte, preocupados con su propia misión). Ambas religiones tienen la misma doble meta: otorgar la inmortalidad a sus fieles y encontrar la forma de llevarlos a colonizar otros planetas. Para ello, la ciencia se convierte en algo clave y ambas llevan a cabo una contienda (que se parece mucho a la Guerra Fría) en la que las alianzas y traiciones, el espionaje y la diplomacia agotadora juegan papeles clave.


Es curioso que, al contrario que muchos otros autores de ciencia-ficción, Silverberg pusiera a la religión como motor de la expansión del ser humano a otros planetas, y sin embargo, resulta bastante acertado en un contexto histórico: es lo que empujó tanto a españoles y portugueses en un principio, pero también a los protestantes que huían de la persecución de éstos. Cada una de estas religiones llegó (en su contexto histórico y geográfico) a diferentes "mundos" (América del Sur y América del Norte, respectivamente) y configuraron el mapa demográfico que hoy tienen ambas partes del continente. En cierto modo, Venus se convierte en la próxima frontera en la historia futura de Silverberg y ambos movimientos se desplazan allí enviando a sus misioneros para evangelizar a los colonos locales. En cierto modo, el diverso éxito o fracaso de estos misioneros es un reflejo tanto de la historia pasada, como del presente del autor en su momento con las diferentes misiones (espaciales) de las dos potencias de la época.





"Las Puertas del Cielo" y la Cienciología