Antes de comenzar, es conveniente hacer un pequeño resumen sobre el argumento. No voy a entrar en muchos detalles en cuanto a reseñar el libro, pero por supuesto lo recomiendo a quien esté interesado en conocer un poco mejor los inicios de Isaac Asimov como novelista y como futurista.
Como dije, esta novela es una secuela de "Las Bóvedas de Acero". Ese libro consiste en una novela de detectives clásica, al más puro estilo de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, aunque situada en un futuro lejano en el cual la Tierra resiste estoicamente el avance de la robotización de acuerdo con la ideología de los Mundos Exteriores. Estos mundos constituyen una confederación de cincuenta excolonias humanas que se independizaron y de hecho obtuvieron la supremacía respecto de la Tierra gracias a su superioridad tecnológica. El protagonista de la novela, Elijah Baley, es un detective que debe resolver un caso de asesinato en medio de una tensa situación que puede desatar un conflicto bélico entre ambos bandos. En esto hay una clara referencia a la Guerra Fría, que se desarrollaba cuando Asimov escribió ambas novelas.
En la segunda, "El Sol Desnudo", Elijah Bailey es reclutado para viajar a uno de los Mundos Exteriores, Solaria, e investigar un nuevo homicidio. La estructura de la novela es similar a la anterior, pero la peculiaridad reside en que Asimov aprovecha el argumento de la novela para desarrollar toda una visión del futuro: nuestro futuro.
Solaria es una sociedad que ha optado por la automatización y robotización al máximo extremo. La proporción de robots es de diez mil por cada humano, aproximadamente. Los robots se encargan de prácticamente todo tipo de trabajos, dejando tan sólo los más intelectuales y creativos en manos humanas. Establece duras políticas migratorias y de hecho, también ejerce un control férreo de la natalidad para mantenerlo en el punto óptimo decidido por sus colonos originales, de forma que cada persona disponga de tantos recursos que viva una vida cómoda y llena de lujo. Sin embargo, esta riqueza material se ve empañada por una pobreza social: los solarianos son tan individualistas que deben ser obligados a casarse y tener hijos. Cada persona vive aislada de las demás, y consumar el matrimonio se considera un deber patriótico más que una cuestión emocional o afectiva. De hecho, el Estado se encarga de arreglar los matrimonios en función de criterios eugenésicos. Esto ha permitido que los solarianos tengan largas y saludables vidas, aunque solitarias y desde el punto de vista del narrador, vacuas.
Puede parecer que esta descripción encaja poco con nuestra sociedad, pero hay varios aspectos de la novela que juegan un papel clave y que encajan de forma casi siniestra en nuestra sociedad. A continuación analizaré cada uno de ellos.